Estilos de vida saludables, actividad física y aptitud física.

Barreto Becerra Mike William

Rangel Caballero Luis Gabriel

Mantilla Contreras Monica Andrea

Los avances del proyecto de investigación que se viene divulgando a través este blog que lleva por título “Prevalencia de factores de riesgo comportamentales asociados a enfermedades crónicas no transmisibles, antecedentes de colesterol, glicemia, presión arterial y participación en clases de educación física en estudiantes universitarios de primer año de la universidad Santo Tomás, Bucaramanga”, buscan, divulgar a la comunidad académica en general información de cada una de las etapas, para lograr una mayor comprensión de sus fundamentos teóricos, que permitan comprender los resultados que van encontrando y algunas recomendaciones del estudio, una vez sea culminado.

El primer concepto que vale la pena traer en esta ocasión, son los estilos de vida saludable, que, aunque se menciona en los diferentes ámbitos, están relacionados a las personas que cuidan de su salud, aquellas que se abstienen de no consumir bebidas alcohólicas, cigarrillos y que, además, realizan actividad física; prácticas acertadas que se corresponden con una buena salud.

Pero ¿a qué hace referencia los estilos de vida saludable (EVS)?

Este concepto aunque tiene varias definiciones en los diferentes campos de estudio, originalmente fue adjudicado a la salud. Existen varias áreas como la Epidemiología, la Sociología, la Psicología (Bastías & Stiepovich, 2014) y las Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (Rangel Caballero et al., 2017), que concentran algunos estudios para comprender las diferentes variables influyentes en este tipo de comportamientos, actitudes y conductas, que debemos interiorizar y llevar a la práctica para mantener una vida saludable. Sin embargo, es importante aclarar que esta definición fue acuñado desde el área de la salud en donde se relaciona con los demás factores que la determinan (Lalonde, 1974).

Una definición compartida en general, se refiere al conjunto de comportamientos que están presentes durante todo el ciclo de vida de la persona y que son relevantes para mantener una buena salud e independencia, este concepto puede tener dos dimensiones: la primera de ellas se relaciona con la buena salud y la segunda de manera opuesta, con aquellos factores que deterioran o atentan contra la misma (Nutbeam, Aaro y Catford, 1989).

Sin embargo, este concepto por su multiplicidad de acepciones en las diferentes áreas y disciplinas de estudio mantuvo ciertas criticas, por tal razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elabora una definición en el año 1996 declarada así: “Forma general de vida basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características personas” (Cerón Souza, 2012).

No obstante, este concepto de estilos de vida saludable es multifactorial en el sentido que involucra varios elementos que constituyen un todo hacia la buena salud, es decir, que existen varios factores que pueden actuar sobre las diferentes dimensiones de la persona y de la sociedad, además, porque se ha comprobado su influencia en sujetos de una misma comunidad, o por cercanía de relaciones sociales (Sanabria-Ferrand et al., 2007).

¿Qué relación tiene con la Actividad Física (AF)?

El concepto de actividad física fue tratado en una entrada de este blog, el cual hizo mención, a que consideraba a la AF como todo movimiento del cuerpo humano que genera un gasto calórico”, cercano a este mismo concepto, la Organización Mundial de la Salud OMS, hace alusión a la “actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Algunas que se pueden mencionar como ejemplo son: todas aquellas actividades que se realizan al trabajar; el movimiento que realizamos al ejecutar cualquier juego físico, las tareas domésticas, así como la práctica de cualquier disciplina deportiva” (OMS, 2020).

En cuanto a la vinculación del concepto de actividad física AF a los estilos de vida saludable se remonta al descubrimiento que se realizó a partir de la observación a las personas que se mantenían activas, ya fuera por diferentes actividades físicas o deportivas, que evidenciaban una buena salud y que se enfermaban menos, es decir,  se prevenían varias enfermedades dentro de las cuales estaban las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades crónicas no transmisibles. Además, se pudo demostrar que producían cambios que aportaban al metabolismo de manera positiva para mejorar las funciones biológicas, fisiológicas y psicológicas de todo el organismo.

En contraste, se puede mencionar que la inactividad física es considerada como el cuarto factor de riesgo en la mortalidad de las personas en el mundo, así mismo, se relaciona con los factores de riesgo y de padecer alguna de las enfermedades cardiovasculares, enfermedades no transmisibles, cáncer, la diabetes, sobrepeso y obesidad (OMS, 2020).

Así que, mantenerse activo con las diferentes manifestaciones de la actividad física, se configura como una de las principales conductas que favorecen una buena salud y que mantienen al organismo en un adecuado funcionamiento de todos sus órganos y sistemas, que dan como resultado la realización de manera eficiente de todas las actividades cotidianas.

Esto resulta de la relación de hacer cualquier actividad física, programada, sostenida y con determinado objetivo, a lo cual se conoce como ejercicio físico, es decir, este permite estimular las capacidades funcionales del cuerpo humano obteniendo como resultado una buena aptitud física, mental y hasta espiritual.

Conviene subrayar, que la aptitud física hace referencia al conjunto de cualidades o condiciones que puede tener el organismo humano que están sujetas a su mejora  continua mediante una práctica constante o entrenamiento que permite su adaptación al esfuerzo, dentro de sus componentes; se pueden citar: La composición corporal; la capacidad aeróbica; la fuerza muscular, la resistencia y la flexibilidad (Caspersen et al., 1985).

Finalmente, mantenerse activo mediante cualquier tipo de actividad física, que sea constante, permite el desarrollo y mantenimiento de una buena aptitud física, es decir, al mantener un buen desarrollo de la fuerza, la resistencia, la flexibilidad, pueden servir como indicador de contar con una buena salud, con un buen estado funcional del organismo, que permita afrontar las actividades de la vida cotidiana. Además, de hacer parte de aquellos factores determinantes de los hábitos de vida saludables.

Referencias

Bastías EM, Stiepovich J. (2014). Una revisión de los estilos de vida de estudiantes universitarios iberoamericanos. Ciencia y Enfermería XX. 2 pp. 93-101

Caspersen, CJ, Powell, KE, Christenson GM. (1985). Physical activity, exercise, and physical fitness: definitions and distinctions for health-related research. Public health reports. 100(2), 126. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1424733/

Cerón Souza, Cristina. (2012). Editorial. Universidad y Salud.  14 (2). [En linea]http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-71072012000200001#:~:text=2012&text=La%20Organizaci%C3%B3n%20Mundial%20de%20la,factores%20socioculturales%20y%20caracter%C3%ADsticas%20personales%22.

Lalonde, M. (1974). Una nueva perspectiva sobre la salud de los canadienses. Ottawa, ON: Ministerio de Suministros y Servicios de Canadá. http://www.phac-aspc.gc.ca/ph-sp/pdf/perspect-eng.pdf

Nutbeam, D., Aaro, L., y Carford, J. (1989). Understanding children´s health behavior: The impication for health promotion for young people. Social Science & Medicine, 29(3), pp. 317-325.

Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Actividad física. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity

Rangel Caballero, Luis Gabriel, Gamboa Delgado, Edna Magaly, & Murillo López, Alba Liliana. (2017). Prevalencia de factores de riesgo comportamentales modificables asociados a enfermedades no transmisibles en estudiantes universitarios latinoamericanos: una revisión sistemática. Nutrición Hospitalaria34(5), pp. 1185-1197.

Sanabria-Ferrand, Pablo-Alfonso. Gonzalez Q., Luis A y Urrego M., Diana Z. (2007). Estilos de vida saludables en profesionales de la salud Colombianos. Estudio Exploratorio. Revista Med. [Online] 15 (2) pp. 207-217. http://www.scielo.org.co/pdf/med/v15n2/V15n2a08.pdf

Publicado por Mike William Barreto

Doctor en Ciencias de la Actividad Física

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